~La colina de las amapolas
La colina de las amapolas
Poppy Hill es una película que rezuma nostalgia pero es muy luminosa, que aboga por el futuro y la posibilidad de mirar hacia adelante, no el olvido sino un estado de ánimo de restauración de la memoria, reconstrucción y compromiso con una nueva generación.
En ese sentido es muy emocionante, pero lo mejor es que nunca pierde de vista el sentido del humor, sobre todo cuando muestra el entusiasmo de los estudiantes y sus carreras y sus ganas de vivir.
La historia de Poppy Hill nos lleva a Yokohama en 1963, cuando la joven Umi Matsuzaki lleva una especie de doble vida: es otra estudiante de secundaria que, junto con su abuela, está a cargo de administrar una posada de estilo occidental, Coquelicot Manor ubicada en la antigua mansión familiar Dentro de la mansión, se asienta en la cima de una colina donde se plantan amapolas.
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